Te di casi todo de mi, CASI.

De vez en cuando sin previo aviso tu memoria me visita. A veces simplemente me atraviesa, con un veloz recuerdo de tu sonrisa o de la mirada de tus ojos verdes, solo un momento de ti y después ya te has ido.
Otras veces, sin embargo, se niega a desaparecer, duerme conmigo y se despierta en mis brazos. En esta temprana noche, con tu recuerdo abrazado a mi almohada casi puedo sentir tu olor y pasar mis dedos por tu pelo, podría pasar horas viéndote dormir a mi alrededor, porque te extraño, y no sabes cuanto!
Extraño el latido de tu corazón, tu respiración, tus manos, tu voz.
Extraño verme a mi misma en tus ojos cuando me miras con esa chispa de complicidad con una sonrisa traviesa en tu rostro.
Extraño escuchar tus pensamientos en el aire y ver como construyes tus sueños.
Extraño sentirme protegida en tus brazos y ser parte de tu vida.
Extraño tantas cosas de ti, mi amor, y extraño que me extrañes.
Desearía que fueras tú el que estuviera aquí y no tu recuerdo para decirte cuanto te quiero y que perderte me duele mucho.
Para decirte que me equivoque, que no ha habido tiempo ni distancia ni cuidad para olvidarte.
Si solo hubiera sabido que este adiós iba a ser para siempre nuca te hubiera dejado ir sin decirte cuanto te quiero.
Si solo hubiera sabido lo que mi vida seria sin ti hubiera peleado por ti. Pero el ‘hubiera’ no existe. Tendría que haberlo hecho.
Ahora es muy tarde para quererte e inútil extrañarte.
Lo único que queda por hacer es distraerme de ti, pretender que te he olvidado, hasta que tu memoria, sin previo aviso, decida volver, otra vez.